2.2.08

EN BUSCA DEL CARIBE ENTRERRIANO

CAPITULO I: "LA RUTA DE LA MUERTE O ESCALERAS AL CIELO"

Salimos casi rozando el mediodía, con mis compañeros de ruta en plena recuperación de la previa, con despedida de Soda Estéreo incluida. Anteojos negros y CD´s recién quemados. La promesa de la elección de los “12 temas más influyentes de mi vida” – para escuchar en el camino, es una deuda que me quedará pendiente para la próxima aventura. Pero los compañeros no fallaron y emprendimos la travesía con una emotiva carga de mp3, a la que sólo le faltó “Azul” del hijo del corchito erótico.
Nuestra primera escala, para despejar la curiosidad del lector que estará mirando con los ojos entrecerrados la foto que sucede a esta suerte de introducción, es el puesto policial de la localidad de Ibicuy, donde frenamos después de una emotiva charla sin hoja de ruta y algún que otro pif típico de los que viajamos donde nos lleve el viento.
Mis abogados detuvieron el auto y se dirigieron, “acompañados” por dos gendarmes de la zona, a conversar sobre la jurisprudencia que tiene que ver con la seguridad y el tránsito en general. Yo me quedé en el auto pensando cómo iba a utilizar mi único llamado, dispuesto a implementar el asesoramiento que tantas películas hollywoodenses me han dado a lo largo de los años.
Los vidrios espejados de la oficina reflejaban lacerantes haces de luz que impactaban sobre mi cráneo. Y cuando uno está solo con el auto frenado en la ruta frente a un puesto policial y sus abogados no dan indicios de vida, con el sol cascoteando el vehículo y las ventanas cerradas, uno empieza a pensar cosas. Y aunque a los pocos minutos salieron mis abogados meta abrazo y palmada con los oficiales de la ley, y me contaron que con un poco de profesionalismo y especialización en leyes de tránsito logramos seguir camino sin papeleta ni “aderezo”, les pido que presionen el botón de play para conocer mi versión de las cosas. Por lo menos, así lo pensé yo. Sic! Sic!




El CD del conductor se había terminado y llegó el turno del CD del cabezón. Y después, el horror. Quiero hacer especial hincapié en la importancia de elegir temas musicales rigurosamente antes de emprender una travesía por la ruta de la muerte, porque además de las conversaciones que uno mantiene con los compañeros de ruta, la música para empresas semejantes debe mantener al conductor del rodado despierto y atento en todo momento, y quizás el Indy rock que arrullaba el CD del blondo abogado (ideal para acompañar vinos tintos en un cómodo puff) no fue la mejor elección que podíamos haber hecho. Acompañados por el sonido del andar del vehículo, terminamos peleándonos a ver quién cabeceaba más, mientras mentalmente pensaba en que tenía que incluir un par de temas más “pulenta” para cuando queme mi CD de canciones para viajar. Luego de adelantarnos a un camión que venía de dejar unos 0km, decidí que el tema insignia de Led Zeppelin no podía faltar en esa lista.


A propósito de quedarse dormidos, un par de kilómetros antes de llegar nos encontramos de la mano de enfrente un camión volcado a 180 grados (cuan cucahracha luego de hacer pasado una mala noche en el boliche "cucatrap") con la cabina del otro lado de la zanja y el acoplado que no hace mucho habría escupido por la ruta cientos de cajas y pertrechos varios. Y estuvimos a punto de sacar una foto, pero al ver al conductor y al acompañante sentados sobre unas cajas al costado de la ruta con cara de “quién me mandó a poner el compilado del cabezón”, decidimos apagar los flashes y dejarlos libres de escrache.
Después de pasar varios peajes, puestos policiales, el puente de Zárate, camiones con gordos al costado y varios pájaros carbonizados pegados a los cables que unen los postes de luz, llegamos a las afueras de la ciudad. Y ahí nos dimos cuenta que, por lo menos, Andy y yo, habíamos llegado a casa.

4 comentarios:

Galo dijo...

Colon es de Boca porque es genoves, que sutil...

Anónimo dijo...

Nene, grandisima cronica, que esta haya sido la primera de muchas aventuras mas!!!

Andy.

Anónimo dijo...

Disfruté mucho de esta crónica!!
Me hace acordar a algo q estoy escribiendo... o, q estaba escribiendo, acerca de una travesía por los Valles Calchaquíes.

Buenísimo!
Abrazos patagónicos y... espero leer más.

SANTIAGO dijo...

gracias andru! faltan el último capítulo todavía! en estos dias lo subo.
saludos