30.1.10

JUNTARSE CON AMIGAS, NO ES DIVERTIDO?!

Pregunto porque a más de una nena le he preguntado que hacen de copado cuando se juntan con "las amigas", además de sacarle el cuero a los nenes. Pregunto porque la mayoría no me supo responder, y las pocas que lo hicieron fueron terminantes: "prefiero juntarme con los nenes porque sino me cago del embole". Pregunto porque traté de ponerme en el lugar de ustedes y lo único copado que se me ocurrió, parece que ya se le había ocurrido a un tal Hugo Hefner hace algunos años.

NENITA: QUE HACÉS DE DIVERTIDO CUANDO TE JUNTÁS CON TUS AMIGAS?!

19.1.10

ECLIPSE DE CARNE

Apagué la tele y el chuf! me dejó frente a mi propio ego reflejado en el catódico tubo. no se podía salir con la suya. atrás, en el pasado inmediato, Francis Mallman saboreaba un suculento plato que con mano firme y trastos de abuela había pergeñado, iluminado por lecturas de historia argentina que a más de uno le habrá dejado la sangre en el ojo bien a punto. Pasó el día, pasó la tarde, y empezaba a pasar la noche cuando decidí enfrentarme a mi némesis - la cocina, en busca de una respuesta socialista y revolucionaria que contrarrestara al por entonces novedoso revuelto peparado por el segundo del General J.A., de apellido Gramajo, que Roca solía degustar cuando no andaba asesinando indios o posando para los billetes de cien.
Seguí a buen ritmo las enseñanzas del cheff patagónico con algunas contravenciones propias de mi persona. Él lavaba sus papas rojas seleccionadas en cuencos centenarios que flotaban sobre su arroyo privado, yo fregaba las únicas que me quedaban (no me pregunten porqué puta casualidad del destino eran también rojas) en la bacha de aluminio con agua de la canilla. El fileteó las suyas con una mandolina de algún país oriental y yo intenté seguirle los pasos con un tramontina cuyo generoso filo le agregó un poco de ketchup a las mías. Él revolvió tres huevos de campo, de esos orgánicos y se jactó del sabor y la frescura, mientras yo usé 5 huevos recién salidos de la heladera (los primeros dos los malogré porque olvidé ponerle manteca al sartén). Él salpimentó los huevos y después de homeletearlos virtió sus papas quirúrgicamente cortadas y recién fritas en un selecto aceite de oliva de primera prensada. A mí las papas se me pasaron un poco porque me colgué charleteando en el msn. Mallman, te quiero ver cocinando con el msn, careta! Él cerró su revuelto con papas casi tan crujientes como las mías y se retiró a meditar sobre la extinción de los onas junto a su fogón de ensueño. Yo le agregué un bife de chorizo bien jugoso y le saqué una foto para que conozcan mi nuevo plato quebrantacarótidas: EL ECLIPSE DE CARNE. sólo para temerarios.



17.1.10

BARMAN. ANÉCDOTAS DEL SUPERHEROE DETRÁS DE LA BARRA

estoy preparado ya creo que se los precios. que vengan todos juntos. llega el primer cliente de mi vida y me pide un vaso de coca con hielo. coca con hielo a las 12 de la noche ... tendría que pasarme del otro lado de la barra y ajusticiarlo! en fin mi primer trago fue, si, una coca con hielo. abro la botella nueva y entonces taráaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaannn!!! la coca no tiene gas. es nueva pero no tiene gas. mi primer trago pago no tiene gas. el cliente me recuerda que no tiene gas. y que hace el superheroe detrás de la barra? le responde con su enferma sonrisa de todos los días: "ahora viene asi" mostrándole la botella recién abierta.

11.1.10

JAPI NEW YEAR EN LA FELIZ, LA PARTE QUE FALTABA


VIERNES OTRA VEZ

Lo bueno de levantarse con resaca es que nadie se acuerda bien si el Dr Elías roncó mucho o poco. ni si sonó el despertador. Ni si se vino abajo el vecino edificio Havanna. Ni el cabezón que es de siesta corta. Nadie se quería levantar porque no había nada para desayunar. Pero como contra la lija no se puede luchar (y menos si no tenés un paquete de poxirrán y una bolsita del Coto a mano) terminamos eyectados de los colchones frente a lo que quedaba de las migas de la víspera. Ni queso derretido en la asadera había. Así que apenas después en enmallarnos partimos con destino playeril en busca de algo que no me acuerdo bien qué era. Pero tenía que ver con el morfi. Si me acuerdo que paramos frente a la playa Varese en una confitería donde después de una prolongada espera (cuando esperás para combatir la lija cada minuto dura lo mismo que un lunes laborable) nos preguntaron si preferíamos sector fumador a lo que no pude contener el puma que llevo adentro recalcando por lo bajo un “fumador, merquero, bufarra, cualquiera me viene bien a esta hora”. Salado el precio. Tan salados como los ojos verdes de la nena que nos traía los platos y sonreía tímidamente cuando le pregunté si los postres incluían hepatalgina.



Con el bagre amansado y el sol que chisporroteaba las uñas de los pies seguimos pateando un trecho hasta la grande, donde bajamos en busca de las olas el viento y el frio del mar. Que lo parió con el frío del mar. Con el forro solar recién puesto, era el momento ideal para hacerme milanga humana y correr como alfonsina storni en busca de alguna ola que me fagocite sólo para escupirme frente a una bañista de baywatch. Pero no había bañeras de baywatch. Ni olas. Y ante duda dejé que un espumón me saque a pasiar, porque uno nunca sabe. Por ahí el bañero tiene una hermana. Por ahí la hermana es coloradófaga. Deprontosplash! La chica del bikini azul. Te mira y a la mierda no vuelvo a probar atún en mi vida. Salí resfregándome los ojos porque entre la sal y la mostra que tenía mas barba que yo (no hay que hacer mucho mérito para eso, es verdad) no pude evitar emocionarme. Y después dicen que la fauna del mar argentino esta en peligro. Donde hay un ballenero coreano cuando se le necesita! Uno a uno fuimos corriendo al mar con una sonrisa de nene de 5 años que estrena barrenador por primera vez en la vida, y volvimos con la cara del padre que ve como el barrenador vuelve a la orilla sin su primogénito a bordo.
Por suerte 3 o 4 cachorras después el agua se evaporó y el humo de la boca te recuerda que hay que ir a buscar un bebible para apaciguar el puma que el 5to lomito con lechuga tomate jamón queso y huevo frito en 2 días. Y para cuando se acercaron los nubarrones del sur, zarpamos rumbo a un polirrubro gastronómico a pasitos del pituco complejo de carpas que debimos (como todo turista gasolero) sortear por el costado a lo usain bolt para no morir salteados en arena hirviendo. Mesita. Cervecita. Nubes a lo lejos. Brindis. Chaparrón. Cabezón mirando el crónómetro. Otra cervecita. Manise. Los abdominales del gimnasio los perdimos hace dos días, pero por más que nos cagamos aplaudiendo, sólo recuperamos 3 pibes, una havaianna calcinada y media docena de bolsas a las que la gente suele ponerles basura pero no algo de contrapeso que impida que te impacten en la cabeza mientras pispeas a la nena que lee la caras y por alguna mala pasada del destino no aparece en la tapa, mientras el padre mira para otro lado, apenas se levanta una brisa. Chaparrón. El cabezón con la mirada perdida hacia el oeste, buscando un bondi que diga “A Mercedes YA”. Nosotros mirando la tormenta que pasa. Las minitash que esperan sacarle el jugo a la última gota de sol antes que un rayo la parta como se lo merecen. Todavía estaba medio nubleta cuando decidimos salir para aprovechar lo que quedaba de la última tarde del cabezón. Uno, dos tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho nueve… por cada paso que dábamos hacia afuera se metía una familia entera con carpa, reposera y lancha padentro del local playero. Y no fue hasta que el local estuvo al borde del colapso , que volvió la lluvia, el granizo y los últimos sobrevivientes de lo que parecía el último maratón pre tsunámico a la carrera para guarecerse bajo un techito donde hasta el momento cabíamos cómodamente los 4 viajeros. Y quiero hacer hincapié en la comodidad porque seguían cayendo personas empapadas después de 15 minutos de agua y piedra y no me sabían responder a mi pregunta: “para qué corrés nenita, si estás como un poco muy empapada?!” su cara desencajada mirando su bolsito playero re re top con cámara de fotos, celulares varios, todo lo que una persona con onda puede llegar a necesitar fue su mejor respuesta. El bolso tenía todo. Todo menos la impermeabilidad.
Pasó el segundo chubasco, llegó el viento y con el viento los buzos y con los buzos las nenas que se iban de la playa y atrás de las nenas que se iban de la playa zarpé yo. siempre en patas. Atrás mío venían mis compañeros de emociones escuchando “la nueva lija”. Y si ya eran como las 6 y los escualos de tierra hacía como 2 horas que no probabamos bocado. Al cabezón le quedaban apenas un par de horas para volver a ser dorima así que ni bien llegamos directo al auto y empanados como rabas partimos a cumplirle la última fantasía al primero en abandonar la casa: Zapi en Guemes. Nadie se animó a mantener la dosis de etílico en sangre asi que salió cocucha para todos. Después la revancha de jamón y morrones, que a pesar de la buena factura, el mote de “la mejor pizza que comí en mi vida” del cabezón quemó las bielas a metros de la llegada. Por lo menos así lo veo yo, cabezón. Si querés armate un blog y ponés que todos te levantamos en andas como cuando colón descubrió América, el boliche. Presentás solteras 2 meses después del casorio, jodepú. Gracias que no te atamos al catre y te hicimos ver el canal oficial de la feliz hasta que nos volvimos. Pst!
Cuando bajó el sol, volvimos la derpa a arreglar las cuentas. Todavía no entiendo como fue que me dejaron a mí a cargo de las cuentas. Si hay dos abogados, un contador y un redactor creativo, claramente el contador hace los números, y los abogados sacan al redactor creativo de la cárcel. Se cae de maduro. Pero de maduros nosotros, por suerte, no tenemos nada. El cabezón tocó los números un poco y lo llevamos hasta la puerta de la nueva terminal (ya no está en el centro así que los que planeen ir en micro, preparen las monedas pal Bondi) donde fue despedido con todos los honores de guerra. No hubo lágrimas. No hubo palabras. Pasaron varios semáforos en rojo hasta que los Foo Fighters nos volvieron a la vida al grito de “best of you”.
Depresión. Alcohol. Speed. Casino. Cerrado. Seguimos de largo. El centro. Shopping. Cerrado. La vuelta sobre nuestros pasos. El centro. Derpa. Y al sobre con el cartel de “cerrado por reparaciones” tatuado en la cabeza.


SABADOS DE SUPERACCIÓN

Ya nada era lo mismo sin el cabezón. Para empezar nos levantamos tarde. nadie dijo “estás despierto”. El Dr. Elías ya no roncaba como antes, y el Sr. Muras quería demostrarle a los purretes que todavía le quedaba muchas olas por surfear a esa tabla. Mochila. Protector. Billeteras. Lentes. Buzo. Homologadora. Auto. Playa. Y en el camino un parate obligado. Un parate que le veíamos perdonando el destino hace más de 15 años. Un parate que me acercó a la cuna de mis sonrisas. Porque si, yo, alguna vez, me reí con sonido. Quiero que lo sepan. Ahora rara vez sucede.


Y ahora si. En busca de la adrenalina. Corriendo contra el tiempo para aprovechar hasta el último espumón. Y las olas y el viento?! Bien gracias. Como suele suceder en estos viajes donde yo soy parte de la troupe. Las máximas de Murphy vuelven a hacerse presentes: “el tamaño y la calidad de las olas serán directamente proporcionales a tu lejanía con la tabla”. Y nosotros con una tabla de surf y una de morey, y el mar era una palangana de agua apenas fresca. Y el sol pegaba como Rocky contra mi sien, que pendía de la sillita playera como las medias reses del frigorífico donde solía entrenar el hijo pródigo de Philadelphia.
Los otros dos sobrevivientes del batallón había subido unas escaleras en busca de provisiones, y yo inyectado en factor 30 miraba de reojo cualquier atisbo de vestidito entangado con patas que se mueva sobre zona liberada. Los lectores más fieles darán cuenta de los quilombos gastronómicos que suelen frecuentar cada viaje hacia los desconocido que este bloggero ha subido, por lo que no se sorprenderán lo mucho que el pedido se hizo rogar. Lo mucho que la señora se olvidó y lo poco que (dada la caballerosidad de mis compadres) le hincharon las pelotas cronómetro en mano como suelen hacer muchos porteños ávidos de “disfrutar” su finde minuto a minuto como si fuera el último de sus vidas. Año nuevo. Puesto nuevo. Pedido nuevo. Espera nueva. Dame lo que sea! La cocucha helada y la completa con fritas elevó mi colesterol hasta los límites mínimos del preinfarto de miocardio por lo que los dragones de colores debieron irse en busca de otro enfermito mental que quiera deshidratarse mirando nenas bajo sadomasoquista sol del mediodía.


Arena. Sol. Playa. Minitas. Mar. Minitas. Más minitas. Después de hacerse rogar los piratas visuales que hacían sus primeras armas en lo que a homologación a distancia respecta, descubrimos a lo lejos un ser. No era una bala ni un avión. Era mamífero. Semi cetáceo. Con malla roja. Y por momentos rodeados de chicos. Era como los bichos esos del comercial de Ford Ka que se comen a los humanos como confites. Bueno como uno de esos, pero depilado a cero. Y quizás ya se había lastrado un par de pebetes antes de hacer playa. Lo charlamos mucho tiempo pero no nos terminamos de poner de acuerdo en qué tipo de ser podría llegar a ser. Tiene algo del coso es que se clavó al cazador de cocodrilos, si lo miran con cariño. Ustedes pasen y miren. Y opinen. Si se animan.



Apagaste el monitor. Reseteaste y cargaste la página de nuevo y está ahí. Sigue ahí. Ya vive en tu retina. Usurpó tu subconsciente y va a ser el actor principal de tus pesadillas pero con el tiempo y las pastillas de colores vas a estar bien. Como las olas (quizás espantadas por el ser) no aparecían, el sol se retiraba tratando de no hacer ruido y el ser no se movía, nos pusimos en puntas de pie y emprendimos la retirada junto con el resto de las personas antes que la erección lateral del ser llegue a buen puerto.
Las vueltas de la playa típicas de la primera quincena no tienen mucho que envidiarles a las de la segunda, a pesar de que hicieron la costera doble mano, y George W le puso mucha guita encima, en enero la feliz es como un biorsi de boliche: antes de las 6 ya rebalsa. Lo único bueno del tránsito lento que lo hace a uno secarse como un tereso al sol hasta llegar a esa esquina donde podés doblar, es que no tenés que ver las pintadas de “duhalde presidente” que adornan cada carrill de las principales avenidas. Cuesta imaginarlo, pero si mirás para arriba el paisaje no mejora demasiado.



Ya bañados, perfumados y vueltos a transpirar. Nos subimos a la nave como pomelo rock perdón digo Juanse rumbo a Guemes en busca de una parrilla que nos aleje del paty, la zapi y la milanga que azotaron nuestros intestinos sin hiel durante tantos días. hicimos escala en alguna parrilla que tenía tanta pinta como gente haciendo cola. 11 de la noche y 50 personas adelante, pispeamos con buenos ojos la que estaba justo al lado. Si, la que habíamos pasado de largo porque una parrilla que está casi vacía a las 11 de la noche, no es de fiar. Entramos. Mesa. Pedimos la carta y el proyecto de mozo nos dice “pidan lo que esté en el menú se lo marchamos” mientras nos da una fotocopia con 5 o 6 platos. Matambre a la pizza tenés? Lo que está a la carta, pidan. Por eso acá dice matambre a la pizza. No matambre no hay, lo que está a la carta pidan. Rabas tenés? No no quedan. Pero acá en la carta dice rabas, decime que es lo que tenes y listo. Lo que está a la carta pidan y nos señala la bendita fotocopia. Ok pedimos de acá, vacío te queda? No, lo que está a la carta. Carne tenés?!!!!!!!!!!!!! A ver pará que me fijo. Se va, gira a medio camino y vuelve decidio: hay pastas, quedan ravioles, fideos con tuco y milanesa, carne lo que está a la carta. Ok entonces te pido que nos dejes irnos. Y si, fuimos a comer parrilla y nos encontramos con el inventor del cuento de la buena pipa. Quien lo hubiera dicho. Faltaba que nos diga que los fideos se los estaba comiendo él pero de onda te recalentaba el plato en el microondas. Lo bueno de este tipo de personas es que la segunda quincena la va a pasar bomba en la playa, porque de acá a una semana este local cierra por falta de inteligencia humana.

Fastidiados con el universo gastronómico entero, perdidos en un mar de muertos de hambre que entraban y salían de la confiterias y restoranes con colas de las que ni la Rampolla se anima a hablar en cable, recurrimos a la memoria de andy, viejo lobo de marpla, que tenía un dato, salado pero dato al fin, que a pocas cuadras nos ofrecía un edén de carnes asadas a cambio de alguna costilla y/u ojo de la cara. Arremangados por si teníamos que lavar los platos entramos a “El Rescoldo” un lugar de esos en los que por la fachada ningún turista como uno se atrevería a pisar, sin colas que hacer, ni pendejos que lloran, ni adolescentes que se gritan al oído haciéndole saber a toda la cuadra que al fin les vino. Buena atención. Buen menú. Buen precio. Ahora si el año que viene paso y hay que hacer cola los corro con un tramontina oxidado uno por uno. No sean boludos ni conchudas, vayan ustedes pero no aviven giles.
Rodamos hasta el auto y zarpamos rumbo a alem en busca de una cura para nuestras piernas temblequeantes: helado. Pero no cualquier helado. Y ahora saltan todos con persico y volta y los hijos de fredo y que en mi barrio no sabés… patrañas! todas patrañas. Primero clavate un cannoli de heladerías Italia y después me contás.



UN DOMINGO CUALQUIERA.

Habiendo agregado otro tema infaltable en las futuras charlas de machos con machos remachos, esquivando los despertadores amanecimos para aprovechar lo que quedaba de nuestro escape a la libertad. Desde el balcón se veía algo de oleaje, y el dueño de casa no quería dejar pasar su última chance de estrenar el flamante traje de lobo marino.
No había tiempo que perder. A las apuradas ordenamos todo lo que 3 hombres pueden ordenar a las apuradas y para el mediodía ya estaba el sr esquivando los humanos que el ser no se había fagocitado, porque si, ante la duda, cuando el mar está dudoso van todos todos al agua. Remeras afuera. Panzas birreras adentro. 3, 4 5 segundos duró la hipocrecía. Y tarareaba el tema “be yourself is all that you can do” cuando caí en la cuenta de que el pelotudo de “yourself” se había olvidado no uno sino los dos protectores solares. Y el sol picaba sobre la nuca como un traba al que algún avivado le dijo “huy me olvide la billetera, te pago mañana?” y el mar era todo olas. Y yo primero con la remera y después cuando me empezaron a arder los brazos con el buzo esperando que pase el día tarareando “be an ass is all that you can do- oh oh” …



Pasaron las olas, recuperé al Dr. Elías que venía a punto camarón de sacarle lustre a la tabla de morey. Rato después llegó el kia con el jetra a media asta porque el calor ya era insoportable y aguantamos todo lo que pudimos hasta que decidimos ir a enjuagarnos el gaznate antes de pegar la vuelta. La depresión por el correr de los minutos nos impedían disfrutar de lo que quedaba del día así que volvimos para enrudecernos antes de que despegue la migración findesemanense. En el camino quedó una musculosa de la que algún caco se jactará frente a sus huestes. Los Bolsos. Los números. La escoba. Barrimos posta eh, no es que nos jugamos los bolsos a la escoba. Dejamos todo casi como cuando habíamos llegado. Y antes de partir hubo lugar para el último adiós al mar hasta la próxima aventura.


Subimos al auto y en 1.30 estábamos en Castelli. Las hambuguesas seguían igual de ricas que a la ida. La cocucha igual de fresca. Y las nenas igual de … no a las nenas las cambiaron. Las nenas de la tarde una lágrima señores conductores. Es ir a comer y nada más. De día se transforma en parador rutero familiar. Como si volverse de la playa un domingo no fuera lo suficientemente depresivo. Pero somos machos y los machos no lloran. Y como los machos no lloran, llovió de arriba. Por suerte de a ratos y no muy enajenadamente. Por momentos tapó algún que otro ronquido del Dr Elías. Y el tránsito se hizo más y más espeso. Tardamos como 4 horas en hacer los últimos 200km, y pasadas las 12 hice contacto con el catre. Mi catre. La vuelta fue puro mérito de Andy porque Elías y yo cabeceamos durante horas y apenas cruzamos palabra. Yo pensaba en la crónica que se venía, Elías en los balances del lunes. Y Andy seguramente, en la revancha: 3 días después volvería a saltear olas y personas allí donde había comenzado esta aventura.

5.1.10

JAPI NEW YEAR EN LA FELIZ, PARTE I

MIERCOLES DE CENIZA: FUMATE LA RUTA 2

Rajaba la tierra el sol mientras esperaba el 19. Y se hacía rogar como una histérica reconcheta. Obviamente, cuando notó que levantaba la mano para subirme a la primera abeja que pasara, la histérica con protector solar 1400 se adelantó haciendo un dribbling temerario y después de guiñarme sus ahora ojos verdes, abrió sus fauces y me engulló de un bocado. Como buena histérica, tardé 2 segundos en darme cuenta que – cuando no – no era el único.
Más tarde que temprano llegue al derpa de Andy que acompañado por el recién casado Cabezón (ver posteos anteriores) bajó raudamente a terminar de endiosarle el baúl de bolsos al carromato y partimos rumbo al centro. Si, al centro. Y cuando estábamos a punto de subir una secretaria de esas que hacen que el jefe se quede hasta las 1500 apareció Mauro con el bolso y nos pusimos el sello en la frente: ACÁ SI QUE NO SE COJE. Claro, sus respectivas jabrus, chochas de la vida. Porque cuando compartís algo más que el catre los fines de semana, la nena se transforma en doña, y dos pasitos más y ya es jabru. Mientras nos poníamos la día con las mejores escenas de las películas de Ferrell, Carrell, Schenider, Wilson y el gran Cohen, despegamos dejando atrás la lluvia de enfermos mentales que por algún problema evolutivo prefieren seguir circulando por el microcentro en auto en vez de recurrir al transporte público.
Los antebrazos empezaron a chamuscarse para cuando llegamos al primer peaje. El sol todavía pegaba duro y la cola nos hacía pensar que habían inaugurado un micro-shopping re monono tipo nah al costado de cada garita. 30 autos por cola, bocina. Bocina. Bocina. Nada. Otra bocina. Más bocina. Todas las bocinas. La orquesta nacional de bocinas, pero nada. Claro, con lo que recaudaban en media horita se garpan el asado de fin de año en Nepal con aéreo, sauna, masajes y final esquimal all inclusive. Bocina bocina bocina y de repente se abrió el hueco frente a nosotros. Arrancamos y fueron los mejores 500 metros de la historia. Es así: cuando dejan la barrera abierta a la gente le agarra el síndrome Pier Nodoyuna de los “autos locos” y todos quieren llegar primeros a donde sea, sea como sea. La siguiente hora y pico a paso de carro de cartonero hasta que se abre el ramal que divide a los que se van de joda de los que vuelven de laburar y a regañadientes doblan rumbo a la ciudad de las diagonales. Después del puente se aligeró el catarro de tránsito, aunque los “banquinistas” se empezaron a multiplicar. En esta época del año habría que sembrarlas de clavos y vidrios. No sé por ahí vos sos banquinista y te copa adelantarte 40 metros y esquivar el auto de los encargados del descontrol de tránsito. Pero a mi me dan ganar de colarle una molotov por el escape. Que se yo, son gustos, no?! Duro y parejo fue el trayecto hasta el segundo peaje. Otros 30 autos delante de cada garita. Y parecía que todos los de las garitas tenían el ipod al taco porque a ninguno se le movió un pelo.
Y viste cuando pensás que ya lo viste todo, el de adelante nuestro se adelanta y antes de que podamos seguir su camino la veterana de la fila del costado se cruza de carril para ganar … 10 cms extra. 10 centímetros de mierda. Con todos los autos parados. Y no nunca fui un copiloto muy despierto ni lo soy, ni creo que lo sea, pero le abri la ventana y le descargué una ametralladora de puteadas que culminó – gracias a las influencias de las escenas anteriormente comentadas de la pelicula “Brüno” – en un “PORQUENOTECOMESUNSANGUCHEDEPIJA!”. Hasta el colorado que estaba en el auto de al lado (se juntan dos colorados y hay quilombo asegurado) se sonreía y asentía mientras le incrustaba la bocina en la nuca a la vieja sotreta. Ojalá que le agarre una menopausia fulminante y que el tarambana pitocorto que tenía de copiloto sea el novio veinteañero, asi la cambia por el primer loro alcoholizado que le vendan sobre la ruta.
En fin, entre las anécdotas grandilocuentes de UFC del amante del cabezón “fedor emiliarenko” o algó así, y preguntas de cuantiosa profundidad filosófica como “si lo juntas con la hiena barrios? Y monzón?” “Si revivís a monzón y le implantas a la hiena barrios en la derecha?” “Tyson era humano, o era una expendedora de boletos de subte recalentada con guantes?” llegamos al parador de Castelli, la capital del cubito de hielo. Imaginate el tornillo que hacía que el lugar tenía el aire prendido y adentro hacía más calor que afuera. Y los perejiles porteños en malla y ojotas. El morfi muy bueno, la coca de litro, los escotes generosos, que hacemos, nos bajamos acá?! VOTACIÓN: CASADO, CASADO, CASADO, y HUNDIDO.
Seguimos camino, pasamos el salado donde les conté a mi amigos mi última excursión de pesca nocturna y llegamos a la conclusión de que lo mejor para encarnar ahí abajo entre el tumberaje es el sanguche de pija. A los impresionables les aviso que el “sanguche de pija” se va a leer bastante seguido hasta el final del posteo. No es que me jacte de mi puteada, pero acá vamos de frente con la verdad. Nos cagamos en TN y tanto como en el canal oficial, en la ley de medios y en la ley del embudo. Llegamos a la feliz pasada la medianoche del jueves, cabeceando como Palermo en un superclásico que se muere 1 a 1 y todavía quedan 5 minutos. La noche estaba en pañales. Las nenas en vestiditos cortos. El casino abierto. Y nosotros con unas ganas inconmensurables de sacarle chispa al catre. Derpa. Garage. Asensor. Derpa, colorado – colorado, derpa. Los bolsos. El ñoba. Las camas. El sorteo de lugares. Bye bye luces. El ronquido. Si, el ronquido. De menor a mayor, el Sr Elías tenía un pogo de Metallica en la boca. Un pogo de Metallica y en el medio ponete 3 cajas de telgopor, una horda de beduinos en celo, agregale 2 o 3 alarmas nucleares y batí hasta sentir el “che hijo de puta me estás matando” que el cabezón se guardó hasta que andy cerró la puerta del cuarto en busca de paz y yo lloraba de la risa cuando mis interminables estornudos alérgicos me lo permitían. Mariel si lees esto llevalo al mecánico porque tiene los caños rotos este muchacho. Algo anda mal ahí adentro. Antes que expire la garantía. Así arrancó el gitano.


RUBY TUESDAY

Abrí los ojos. Los cerré. Los abrí de nuevo. Los volví a cerrar. Estoy despierto. Estoy en la feliz. Estoy feliz. Y también estoy con la nariz que me estalla, maldita alergia. Cerré los ojos de nuevo. Me mueven. Estás despierto?! Ñé! Hambre. Sed. Mugre. Auto. Supermercado. Chupi. Zapi no hay. Salimos a las corridas en busca de un cibarita que nos haga zafar de las cenas en euros que tan de moda se pusieron para estas fechas, y sobre el pucho, después de equivar una pobre hemiplégica que no pasaba por el ancho de la línea de cajas, nos topamos con un delarúa que no podía abrir la puerta del super. Le abri. Pasó. Y cuando dijo “u!” al ver el enjambre de gente que se apretujaba como si regalaran euros, cerramos y huímos pensando que el pobre tipo no iba a poder salir de ahí antes de pascuas. Y un poco nos reímos. Pero un poco nomás, no demasiado.


Auto. Derpa. Heladera. Bolso. Protector. Forros. Playa. Los forros los llevo en la mochila a todos lados, aunque está comprobado que los tipos que llevan forros no tienen sexo. Porque si hay algo peor que ver como se te oxidan los forros es no poder tenerlo cuando alguien del sexo opuesto (en mi caso, pero no generalicemos) por alguna bizarra razón si está dispuesta. O está muerta pero todavía tibia. Tampoco es mi caso. Pasa que a este blog entra cada personaje.
Hablando de personajes, a quien se le habrá ocurrido instalar la rapipago bich?! AL GERENTE O AL GERONTE?! En fin, la foto habla por si sola. Fue en boom. Explotó y no quedó nadie vivo.


Ni las nubes ni el venturrón impidieron que lleguemos a las playas de punta mogotes. Y aunque tuvimos que patear un trecho hasta dar con la bajada pública (porque en el verano 09/10 si no alquilas carpa no te dejan estacionar, ni usar el ñoba, ni el parador para comer), tocamos arena. Arena de verdad. Arena con sal de mar. No esos areneros tereseados por los perros que hay que capital debajo de las sombrillitas del Pro. Como era de esperar en un país tan contradictorio donde la ciudad balnearia más importante es irónicamente también la capital nacional del pulóver, no nos dejaban ir al parador de arriba (con techo y vidrios para no volarse con el viento polar que nos hizo embozar apenas llegamos a la orila) y tuvimos que conformarnos con pedir en el parador popular y esperar a que desde arriba nos bajen el pedido. Cualquier similitud con la pobre gente que se sienta en la puerta de Mcdonalds después de las 12 esperando que le larguen unos panes fríos, es pura casualidad.


Milanga va, hamburguesa viene, cocucha vuela por el viento, el cuida que se queja de que hace meses que no le garpan cuando le sugerimos probar el “sanguche de pija”, seguimos pateando un rato hasta que nos sentamos a descansar. Hacía frío y se nos venía el fin de año sobre nuestras cabezas. Che son las 5 y pico, estamos en la playa cuasi desierta, que somos MI TIA?! SI RESPONDIMOS TODOS A CORO, y volvimos al super a buscar con qué llenarnos el buche a la noche.

Mientras duraban los respectivos partes de pareja (algunos con más detalle que otros) yo fui, me bañé, picoteamos lo que iba a ser el desayuno de mañana y terminamos a las 10 de la noche sin nada para desayunar al otro dia. Pero tiburones como somos, metimos las zapis en el horno convencidos de que al otro día nadie se iba a levantar antes de las 12. y cumplimos. Todos menos el cabezón que es de siesta corta, pero parece que con 3 o 4 Gente del 2008 el tiempo se le pasó volando. Birrita helada. Zapi. Otra birrita. Papines. Manise. Y dale con la birrita. Sale una de provolone y cerrame el horno. Y de fondo esas charlas interminables que aparecen de la nada y en la nada quedan, pero cuando te juntás con amigos y todos se cagan de risa, es lo único que importa. Salvo que alguno se ría nerviosamente mientras se pone una magnum 357 en la boca. Pero no fue el caso. Y cuando faltaban 5 pal peso, bajamos con el vinito y el speed a ver los fuegos de la costa.

FRIDAY IM IN LOVE

Huraño a la hora de los saludos a distancia, dejé el celular en el bolso y bajé con mis compañeros de aventura a la costanera a ver como miles y miles de pesos, dólares y euros se desintegraban en el aire, logrando algunos dibujos colosales en limpio cielo marplatense y algún que otro infarto aislado del que en ese momento particular no nos pensamos hacer cargo. Llamó la atención la figura del padre enseñándole a desperdiciar sus ahorros al hijo, quien a pesar de su incontenible alegría se fumó el humo de cuanta cañita voladora arañó el cielo. Si sigue así en 4 años va a hacer lo mismo con el paco, los travas de Peralta Ramos y la ginebra. Pero esa imagen cruda igual nos robó una sonrisa cómplice. Y casi nos roba una gamba cuando la botella se cayó y los petardos se nos vinieron al humo como los mosquitos de acero que picaban entre los matorrales de Vietnam. Igual la adrenalina nos duró un pique corto. La edad y la birra nos resignaron a morir chamuscados, la providencia se encargó del resto. Che me estoy meando. Dale! Fuiste hace 10 minutos. Si, pero la birra, la fresca. Andá a hacer ahí. Pero Comete un sanguche de pija! no eso para el desayuno. Vamos para arriba. Ok. Ok . Ok. Ok. Subí las escaleras rascandole chispas a mis rodillas cuando me choqué con un grupo de garotas do Ipanema que brindaban y gritaban como si estuvieran en río. Y por alguna freudiana razón me olvidé que me estaba meando. Pero no me mee encima eh! Me indigné. Y se ve que la indignación y el meo en mi cuerpo van por el mismo cañito, porque me quedé discutiendo con las garotas un rato largo.


CP - que haces acá cagándote de frio?!
G1 - eh feliz año! Eeeeeee!!
CP - naaaa pará pará pará: vos sos de rio?!
G1 - si eu ou du rio, ella tambein!
G2 - Y eu sou du fortaleza!
CP - UUU GAROTA DO IPANEMA!
TODOS A CORO: Olha que coisa mais linda, mais cheia de graça É ela a menina que vem e que passa …

CP - Vocé estás maluca!!!! Eu vengo acá porque soy gasoleiro!
G1 – eu tambien poco dineiro!
CP – pero a vocé le chifla o moño! Para que caralho viene aquí a cagarse du fresco?!
G3 – vamos para SOBRE … SOBRE ..
CP – SOBREMONCHI?!
G2 – eeeee eso! Vienen?!

Y AHÍ EL COLORADO PERNAMBUCANO SE DA VUELTA DE RODILLAS Y ABRE LOS BRAZOS DE PAR EN PAR CON LA MEJOR CARA DE ESAS QUE PONIA EL MANOSANTA CUANDO LA NENA LE DECIA “SOY FEA SOY HORRIBLE NADIE ME QUIERE!”.
Y AHÍ LOS TRES AL UNÍSONO PUSIERON SUS MANOS EN ALTO Y NEGANDO CON LA CABEZA ME DIERON A ENTENDER QUE ESTA VEZ ESTABA SOLO CONTRA LA SELECCIÓN DE BRASIL, Y UNA NORUEGA QUE SE QUERIA ADOSAR A LA JODA, DE LA QUE SOLO ME PERCATÉ DE SU EXISTENCIA AL OTRO DIA CUANDO MIRABA LAS FOTOS DE LA VISPERA.
C – Mabel! Eu tein Mabel! Eu voy pal frenchi! (intentando surfear un tsunami a contrapelo) y salí rajando al derpa en busca de Mabel, de la birra, del espumanchi, del Speed, de los forros, y del inodoro. Y Casi casi. Casi llego.

Cuando bajé con más bártulos que los de cualquier familia que va a playa y la sonrisa de oreja a oreja producto de la evacuación precedente, me explicaron que las garotas se habían ido pa sobremonchi, que tenía la bragueta baja y que me había olvidado el espumante y los habanos cubanos del cabezón arriba. Que o parió, SERÁ POSIBEL?!! Ok, vamos a saludar a Mabel, y que el mundo se vaya a la concha de su madre.
Che, no funciona. Te cagaron. dale 15, no es morfina esto. Que es Mabel, Amanda o Nobleza gaucha. Suena un celular y uno se aleja a dar su declaración jurada. Che, te cagaron posta. Che, estas ahí?! Juaaaaaaa Hay hormigas boludo hay hormigas por todos lados! juaaaaaaaaaaaaaaaaaaa Te esta sonando el celular hace 5 minutos, lo tenes en el bolsillo. eh?! El celular! HORMIGAS! HAY HORMIGAS! Che donde se metió??? Le agarró la persecuta?! Uuuuuu donde mierda se metió!!! Juaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!! Hormigas, boludo, esta lleno de hormigas! No mirá esa poronga pintada en la pared. Pará pará pará, ahí viene corriendo el fugitivo! Juaaaaaaaaaa!!!! Acá acá. Estaba hablando y me empecé a cagar de risa y uuuuuuu mira esa poronga.


Para que vean que los machos cuando se juntan con otros machos no hablan sólo de culos y tetas. No hablan solo de fulbo. Es bien de macho hablar de porongas. Los que presenciaron la cátedra del macho dan fe de ello. Y los que no, mejor dicho los que se rescatan frente a su minita/novia/jabru negando cualquier comentario porongueril, que se coman un sánguche de pija mariposa tibia glaseado con lechota extra picante.



Recalamos en la puerta del derpa liquidando lo que quedaba del espumante y la birra y finalmente subimos rumbo a los catres en busca de las migas del desayuno que habíamos quemado para despedir al 2009, pero no quedaba nada. Año nuevo, lija nueva.