14.4.09

PAMPA Y LA VÍA

Terminando de curarme una bronquitis y con una distensión de ligamentos recién salida de la cancha, pensarás que a los 29 ya estoy más hecho mierda que el potro Rodrigo después de derrapar en la ruta 2. Con 3 placas radiográficas en una semana, antibióticos, antiinflamatorios y alguna que otra porquería extra (por si las moscas), yo, el hombre nuclear, le hacía caso omiso a la suerte que últimamente cuando no me es esquiva me choca de frente con la aguja del tacómetro a punto de estallar.
Hoy me fui a cortar el pelo, y qué dilema. Extraño a mi peluquero, pero la última vez que fui me salió saladísimo el corte. Un gran amigo me había recomendado una por Urquiza, pero el Bondi no venía más. En este momento particular de mi vida, me arrepiento de hacerle caso a mi vieja: “andá a cortarte a lo de Sergio, acá a la vuelta, que es barato y corta bárbaro, me corta a mí y le corta a la abuela.” Después de escuchar ese final de cine independiente, obviamente, fui a la primera peluquería que ví, que no era la de Sergio. Mamá, Abuela: yo no me puedo cortar como ustedes porque la puedo llegar a pasar muy mal incluso visitando un colegio de no videntes.
Pero hoy el Bondi no venía, no venía y dije, vamos a ver a Sergio a ver que onda. Sergio es pelado. Y un peluquero pelado es como un vendedor de celulares hipoacúsico. Pero el Bondi no venía y lo de Sergio es a una cuadra de mi casa, así que sí, decidí hacer las cosas rápido. Sergio el amable, me avisó que iba a tener que esperar porque le estaba haciendo la tintura a una señora de la 9a edad. Y dije, bueno si hay gente esperando no puede ser un Navajo cortacabelleras.
A los 5 minutos se posa tras de mí un gordo motoneta que me dice “empezamos?”. Sergio seguía con la tintura y por el color remolacha vencida que tenía entre manos yo vislumbré que tenía para un rato largo, asi que le dije al gordo motoneta: “lo quiero desmechado (esa palabra me enseñó mi peluquero carero) y todo parado, como el cantante de los sex Pistols”. El gordo motoneta me miró con cara de “yo sólo tengo oídos para Néstor en Bloque”, y me tiró con el pulverizador. Lo tuvo que apretar 10 veces porque casi no tenía agua. Esto en mi peluquería no pasaba. Después fue hasta la otra punta de la peluquería a buscar una tijera. Después hizo el mismo viaje para buscar un peine. Vos en frío decís “porque no te paraste y saliste corriendo”. Pero en ese momento lo ví por el espejo al gordo motoneta, nervioso, transpirado, patinándose con su propia shoggineta con una tijera en la mano y yo temí por mi vida. Y lo que pasó a continuación es… no tengo palabras. Cada tijeretazo duraba 5 minutos, temblaba, se secaba la transpiración con el antebrazo, cada peine y cada tijera era un viaje hasta la otra punta. Y la tijera que le sobraba, se la metía entre la shoggineta y la busarda peluda y transpirada que asomaba por la remera 3 talles más crueles que la revista Barcelona. Mientras el gordo motoneta abría y cerraba la tijera y buscaba el peine que se le caía a cada rato, yo pensaba “este hijo de puta me está dejando el pelo más largo!”. Se patinaba, temblaba, iba y venía, y cada tijeretazo lo medía con regla y escuadra. Como si 5 minutos antes de que yo hubiera pisado lo de Sergio, él hubiera aparecido recomendado de una zinguería. De una zinguería que laburaba por canje, en la Isla Maciel.
Tardó una hora y no me cortó nada. En el medio pisó la sábana que me puso alrededor del cuello, y casi me acogota. En un momento me dijo “la raya al costado la dejamos así?” y yo le repetí como un pobre iluso: “todo parado, como los sex Pistols”. Orgulloso me pasó el espejo y me dio la vuelta de silla para que vea como había quedado la parte de atrás. “está bien”- le dije con total sinceridad. Si me había sacado 5 pelos, ni se notaba la diferencia! Pero no cayó ni Freddy ni Listorti para decirme que “es una joda para Marcelo T”. No había cámaras, ni flashes, ni papelitos, ni parientes que te vienen a abrazar para no cagarse de risa en tu cara. Salí después de pagarle con la misma cara que pone Darín en el final de nueve reinas, shockeado, estupefacto, y me quedé ahí, riendo para no llorar, en Pampa y la vía.

3 comentarios:

Oroná dijo...

Hubieras ido a la Academia de Peluquerías OLI, los miércoles te cortan la oreja gratis.

Pierre Balmain dijo...

Jajajajjajajaja, buenísimo. "Este hijo de puta me está dejando el pelo más largo"

Con los cortes de pelo yo sigo una rutina estricta de apreciación del resultado final: cuando terminan de cortarme me gusta y me voy contento para mi casa, en el camino se me seca y cuando llego y me miro al espejo me quiero matar, y cuando dos o tres días después creció un poco lo acepto en paz y quizá hasta me gusta de nuevo.

Anónimo dijo...

Como podes pretender que una persona (según vos, simpatizante de las mas ruin cumbia villera) te corte el pelo dandole como indicación la simple frase " lo quiero desmechado y todo parado, como el cantante de los sex Pistols” ?? y mas ??
Tu hermano.